Unwell/Mb20

sábado

Mi regalo

Cuando pretendí pensar que Dios me había quitado todo de nuevo, él se encargó de empapar mi pesimismo. Ayer mi día comenzó 3,5 nota [siendo como mi profesora de Historia para calificar; condescendiente], lo empeoraban 11horas futuras de trabajo, pero una tediosa reunión de planificación fue interrumpida por ese exquisito ruido; era la lluvia limpiando el techo del edificio y junto con él la ciudad por completo. Usufructuando de una mirada tipo niño ilusionado que me suele resultar, mis compañeros de trabajo no pusieron impedimento para que saliera corriendo a mojarme, a sanarme.

No pensé en nada, no hice ruido alguno, menos detener mi vista en detalles tontos, sólo dejé mi larguirucho cuerpo con las gotas de lluvia. Aromas a vida flotaban desde suelo hasta relajarme como siempre. Ya no había tanta pena, algo de frió dentro y fuera de mí, mas como repito una y otra vez: “eso me hace sentir vivo”.

El regalo del Día de los Enamorados lo recibí de mi Dios [dos días más tarde eso sí]. Creo que tenía algunas cosas más importantes que hacer o sólo espera el momento exacto donde yo pudiera notar que había un mundo fuera de mi desdicha. No es un milagro tal hecho durante verano?

Todo volvió a estar bien. En tiempo record aprendí la lección.

1 comentario:

Victoria López dijo...

me gustó mucho tu plantilla de blog =)...
Dios siempre hace ese tipo de cosas, cuando creemos que todo se acbó, que nada vale la pena, se encarga de abrirnos los ojos con pequeños y grandes hechos... en tu caso, fue la lluvia...
recuerdo haberme acordado de ti, cuando estaba en la agencia y mi gran ventanal, comenzó a mojarse... me quejé, como siempre, por la lluvia.. pero recordé que "así te sientes vivo"... y es así como te quiero...

un abrazo.